En el partido de vuelta, Riquelme tuvo la oportunidad de lograr el empate a través de un penalti cobrado en el último minuto, que los hubiera llevado a la prórroga y con chances de llegar a la final. Italia no lograría, de nuevo, clasificarse para la Eurocopa 1976 de Yugoslavia al finalizar tercera del Grupo 5 de la fase de clasificación en donde tuvo que enfrentarse a la selección neerlandesa, la vigente subcampeona mundial que deslumbró al mundo de la mano de Johan Cruyff, Johan Neeskens, Rob Rensenbrink, y Ruud Krol con su implantación y estilo de juego del «Fútbol total» que le servirían para ser apodada como la «Naranja Mecánica»; la selección polaca, su verduga en el pasado Mundial, tercera equipacion barcelona y revelación al finalizar en tercera posición; y la selección finlandesa.