Ser crítico significa ser asequible a la innovación y a la rectificación, lo cual es especialmente válido para las disciplinas sociales como la economía política, la sociología, la historia y naturalmente el llamado marxismo-leninismo que no es una disciplina ni una doctrina, chandal atletico de madrid sino una construcción ideológica plagada de dogmas. Y es verdad que es bueno, pero en este caso específico resulta peligroso. Una de las claves principales de la situación actual está en la economía, el sistema económico actual es obsoleto, limita las capacidades productivas de la sociedad y debe ser reformado, ya esta es una verdad tan admitida (al menos formalmente) como antes fue rechazada. Situaciones de “mal desarrollo”, paradojas “anti-desarrollo”, desde el ámbito económico-financiero se han desbordado al ámbito social, provocando el estallido de conflictos sociales, y en muchos lugares, de una situación económica se ha convertido en una situación política con oleadas de protestas y huelgas que sacuden a toda la institución. Qué saquen lecciones de esto y cambien todo lo que tiene que ser cambiado, de lo contrario, ‘se les va a poner la caña a tres trozos’, después de hoy no quedan dudas. No obstante, les impusieron una intermediación que no siempre necesitan y que puede encarecerles la factura entre un 20-40 %, sin que el emprendimiento tenga prácticamente opciones para licitación.
La abyección del castrismo al capital español da asco y se evidencia con el intento de eliminar el Dólar y hacer circular al Euro, lo cual pretende eliminar el empoderamiento paulatino que ha ido ganando la economía independiente apoyada en las remesas. Tras aterrizar en la capital gala, Messi ya lucía una camiseta en la que se podía leer ‘Ici c’est Paris’ (esto es París en castellano). El capital español como Meliá y sus adláteres nos tratan como si todavía fuéramos colonia de España y el castrismo su Capitán General en “la siempre fiel “. • Anuncia Marrero medidas para apaciguar la ira popular: se podrá importar sin límite ni aranceles, como equipaje acompañado, medicamentos, aseo y alimentos.
• Yo creo que el Gobierno del PCC sí ha entendido muy bien lo que ha pasado y hacerse ‘los suecos’ es pura estrategia. Ese es un cambio que le debemos a Sara todos los cubanos. Sara quiere un “cambio bueno” y es un cambio imperativo en la marcha de todos garantizarle a Sara ese tipo de cambio. Sara pide un “cambio bueno” porque está cansada del hambre y de pasar trabajo. La destrucción de la propiedad privada destruyó la riqueza del país y arruinó la posibilidad de una vejez con dignidad para Sara y todo su pueblo. Una buena parte de los cubanos hemos vivido con esa terrible certeza de que no veremos cambio alguno en nuestro país, de que la gente nunca saldrá de esa especie de estupor o hipnotismo o esa mezcla de fanatismo y desidia que se apoderó de quienes se llaman “revolucionarios”. Ese fue el embargo que destruyo el presente de Sara; no el embargo de la nación extranjera. Como muchos compatriotas, deseo contribuir a la solución de problemas que afectan a nuestra nación y no solo los del ámbito específico donde existimos y actuamos. Nada de más continuidad, queremos cambios para mejorar y no tener que emigrar.
Si se suelta el pueblo tendrán que hacer cambios. • Si a la opositora Yeilis Torres le dijeron lo que le dijeron por meterse con Humberto López, que le dirán a Mía Chalifa por meterse con Díaz Canel. • Llama la atención lo obeso que esta ‘el pueblo’ de San Antonio que virtoreó a Díaz Canel y las buenas camisas que usan. La represión no basta cuando la gente se obstina de lo que no funciona. • La comparecencia del gobierno esta mañana, la desconexión de internet, el llamado a la confrontación en las calles, la represión y el uso de la fuerza para impedir la libertad de expresión y reunión, la ofensa de desconocer la capacidad de nuestro pueblo de tener iniciativas propias atribuyendo a los EUA un supuesto tutelaje o manipulación: todo eso es muestra de muchas cosas horribles, todas relacionadas con el autoritarismo; pero lo que más demuestra es el MIEDO al pueblo, a la fuerza arrolladora del verdadero soberano de Cuba. Si los revolucionarios cubanos, si los comunistas cubanos queremos vencer, no podemos dejar nuestras miradas fijas en lo que ha sido, o recorrer los viejos caminos.
Podemos asegurar incluso que muchos pertenecen a esa parte del pueblo que más ha sufrido los efectos de la crisis que la pandemia, el bloqueo, las nuevas sanciones norteamericanas y la gestión desesperada e insuficiente de lo que podemos conseguir, en medio de tanta escasez y problemas acumulados, han provocado. Por lo que han conseguido a lo largo de sus trayectorias deportivas serán recordados, pero también, por lo que aún les queda por conseguir, que no es poca cosa. Estos derechos, que incluyen el derecho de protesta pacífica y el derecho a determinar libremente su propio futuro, deben ser respetados.
Ya restablecieron internet, y ahora el mundo entero lo ha verificado: es un arma política del gobierno, no un derecho del pueblo. En fin, el PCC ha reaccionado como se esperaba, de la manera menos constructiva para su supervivencia política y para el bienestar de la patria. • Si no dejan la política y el chovinismo a un lado, y se pide y recibe ayuda, principalmente de vacunas, el virus hará una matanza en Matanzas. • Canel singao y asesino, instigador de una guerra civil. Ni siquiera pueden alegar la subsistencia de una involuntaria rémora de la guerra fría. Sin embargo, aunque esta última variante fue la abrumadoramente mayoritaria, no se puede entender como una masa socialista políticamente consciente, exigiendo más socialismo a la burocracia anquilosada. Hasta ahora solo se ha reconocido un muerto de manera oficial, y como era de esperar fue tildado de delincuente común, pero debe haber muchos más, y aunque no los hubiera, las golpizas no se justifican. Un escenario apropiado para ese ejercicio que será útil en la medida que sea honesto, integral y profundo, pudiera ser un foro de la sociedad civil, ampliado con elementos y personalidades como economistas y cuadros, en activo y jubilados, intelectuales, científicos sociales, politólogos, profesores, que aunque comprometidos con el proceso, durante años han realizado advertencias y emitidos juicios críticos que el poder ha echado en saco roto o mal interpretado al mezclar a estas personas con otras posiciones.