La principal clave del éxito fue también la fortaleza del conjunto de Eizaguirre como locales. Es muy parecida a la del Leganés. Finalmente, el 6 de agosto de ese año, quedó establecido el nuevo club cordobés como Córdoba Club de Fútbol, ocupando la plaza del San Álvaro en Tercera División, y obteniendo los colores y escudo blanquiverdes del Real Córdoba.